El Parlamento Europeo acaba de lanzar una ley que permitirá que las latas de conserva de pescado que consumimos no cuenten con información sobre su origen. Si desconocemos cuándo, dónde y por quién es capturado el pescado, ponemos las cosas más fáciles a las empresas poco escrupulosas que están devastando los mares.

Atún Alakrana, por Certo Xornal
Lo que comemos aquí a veces se le ha quitado de la boca, prácticamente, a gentes que no pueden defender sus recursos naturales.
La presión de nuestro consumo hace que continúe el expolio de las aguas africanas. Nuestras aguas ya no pueden suministrar la materia prima, así que hay que obtenerla fuera, al precio que sea. Y para maximizar el beneficio y ahorrar costes, los piratas de la pesca tienen pocos reparos en usar trabajo infantil o en obligar a las tripulaciones a vivir en condiciones miserables y a veces brutales.
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