“¿Qué hace un cerezo en un balcón? ¿Qué hace una persona buscando la iluminación espiritual en medio de la cotidianeidad de la ciudad? Exactamente lo mismo, ejercitarse en vivir el instante presente con plenitud”, escribe Montserrat en la introducción del libro.
La vida en la ciudad no proporciona muchas oportunidades para permanecer en contacto con nuestro ser profundo. Sin embargo, como demuestra la autora, es posible practicar el zen en el día a día, incluso mientras fregamos platos o vamos en metro.
El libro explica de manera sumamente sencilla los principios elementales de la postura de za-zen, las técnicas de respiración, silencio, meditación y cómo integrarlas en nuestro día a día.
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