Esta película, que se llevó el Óscar al mejor trabajo de no ficción el año pasado y ocho premios del Público en festivales como los de Sundance o Toronto, descubre el secreto de Taiji, un pequeño pueblo de la costa de Japón que se caracteriza por su aparente devoción a estos animales.
Un grupo de activistas liderado por un conocido entrenador de delfines se embarca en una misión encubierta para revelar al mundo el exterminio de cerca de 23.000 delfines y otros cetáceos al año. La película demuestra, una vez más, lo estúpido que puede llegar a ser el hombre en su ciega ansia de dominación de un planeta.
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