Tras la reunión celebrada en Agadir (Marruecos) la semana pasada, la Comisión ha decidido tomarse un año de reflexión ante la falta de consenso de los países miembros. Pero mientras el tiempo pasa y la comisión se toma su tiempo “sabático”, cientos de ballenas mueren cada año a manos de arpones de diferentes colores.

Reinventando las ballenas, por WDCS
Las excusas supuestamente científicas en que se amparan los países que continúan cazando ballenas obtienen una nueva dimensión si tenemos en cuenta el informe “Reinventando las ballenas”, publicado por la asociación ecologista británica Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) con motivo de la reunión de Agadir.
Este informe se refiere a las nuevas vías comerciales para los productos derivados de la ballena en la industria farmacéutica, cosmética o de la alimentación de animales. Estas industrias han sido muy rápidas en ver las posibilidades de utilización de estos ingredientes y han patentado procedimientos que incluyen su uso, desde pelotas de golf hasta tintes para el pelo, detergentes ecológicos a bebidas nutritivas. “Noruega, Islandia y Japón”, indica el informe, “están decididos a reinventar las ballenas para el siglo XXI, y van a utilizar cualquier permiso de caza otorgado por la CBI para continuar con el desarrollo de nuevas industrias para su uso”.
WDCS denuncia que existen empresas, ubicadas en países como China, Irán, Rumania y República Dominicana, que fabrican productos de cosmética con, entre otros ingredientes, el esperma de ballena. Y ello a pesar de que la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres prohíbe el comercio internacional de partes y derivados «fácilmente identificables» de ballenas.
Mientras la CBI reflexiona, Japón y Noruega intentan demostrar que el aceite de ballena es beneficioso para el tratamiento de enfermedades comunes como la osteoartritis. Si son capaces de demostrarlo, quizá consigan que los países miembros de la CBI aprueben la reanudación de su caza comercial.
Otros países balleneros, como Islandia, están, sin embargo, más interesados en otras salidas comerciales y prefieren dedicarse a la elaboración de harina de ballena para alimentar peces de criadero y ganado.
La pregunta que podemos hacernos es esta: ¿cómo podemos contribuir nosotros, individualmente, para que no continúe la masacre contra las ballenas?
No es fácil conseguir nombres concretos de productos que contienen restos de estos cetáceos. Pero el informe de la da algunas pistas para comenzar a tirar del hilo.
Para saber más:
Reinventando las ballenas (Formato PDF, 643 KB)
Parece un tema lejano, algo que no trasciende. Pero su realidad es impactante. El comercio es el principal problema, si sacan una supuesta utilidad a la caza de ballenas, se les caza y ya. Pero hay tantas alternativas que sustituyen su consumo.
creo que la naturaleza es uni y devemos de cuiderla
es injusto que se sacrifiquen estos pobres animales.
creo que no son tan pobres animalitos, y si estaria de acuerdo que se utilice su aceite para curas ! como la actritis y el reumatimos, y muchas cremas capilar:::