Los detractores destacan los casos de contaminación en el agua y aire y daños a familias cercanas a las explotaciones. Uno de los grandes inconvenientes es que, como es una técnica nueva y de gran interés económico, no hay apenas datos disponibles para analizarlo adecuadamente.
Como dice Guillermo Fesser, “el enemigo público número uno de USA se llama fracturación hidráulica y consiste en extraer gas natural del subsuelo a base de inyectar un veneno mortal que está fulminando los acuíferos. El conglomerado de intereses que anda detrás, Natural Gas Energy, invierte billones de dólares en publicidad para que el ama de casa crea que basta con practicarle un agujerito ecológico al terreno para embotellar limpiamente la inmensidad de combustible que se almacena a tres kilómetros de la superficie”.
La verdad, por supuesto, es mucho más sucia. No permitamos que llegue a España.
Para saber más:
- Fractura hidráulica (fracking), en Ecologistas en Acción
- Movimiento Internacional contra la Fractura Hidráulica
- “El Infierno del Fracking”, documental en inglés, con subtítulos en español: