Pues si pensamos en tecnologías que desplazan trabajadores y trabajadoras, los monocultivos agrícolas y ganaderos son entonces -desde este punto de vista- de lo más improductivo e ineficiente. Varios ejemplos.

Monocultivo de piña, por Make fruit fair!
Sin salir por el momento de la India, en el estado de Kerala el monocultivo de cocoteros emplea anualmente una persona durante 157 días por hectárea. En el mismo lugar un cultivo mixto de cocoteros junto a papaya, mango y otras verduras dará trabajó los mismos días a 6 personas. En la meseta del Deccan al sur de la India transformar su agricultura de secano dedicada a la alimentación local por plantaciones de eucaliptos dedicadas a la exportación supone (además de la pérdida de soberanía alimentaria) una destrucción de puestos de trabajo de 250 días/persona por hectárea cada año.
Si volamos ahora al Ecuador los cálculos son similares. Una hectárea de manglar natural permitía a diez familias vivir dignamente de la recolección de pesca y moluscos. Con la instalación de piscinas para la cría de camarones el resultado indica que en una piscina de 100 hectáreas sólo hay trabajo para cuatro personas. En Uruguay 100 hectáreas de buena tierra de cultivo dedicada a agricultura familiar ofrece medios de vida y alimentación a 35 familias. Si lo reconvertimos (como se hace) a caña de azúcar para combustibles tenemos trabajo para 10 personas, si cultivamos (como se hace) soja para pienso en Europa nos quedamos con dos puestos de trabajo y si se plantan (otra vez) eucaliptos con una persona hay más que suficiente.
Lo tecnológicamente avanzado hoy será acercarnos a los ritmos y formas de producir de la propia naturaleza.