La verdadera libertad
La mayoría de nosotros trabajamos demasiado duro. Es como si estuviésemos volando en una ruidosa lancha motora buscando, al mismo tiempo, un lugar tranquilo y en paz. Estamos resolviendo un problema, respondiendo solicitudes, preparándonos para lo siguiente, mejorándonos a nosotros mismos. Pero lo único que conseguimos es hacer más olas y más ruido donde quiera que vamos. Es contra intuitivo con nuestro condicionamiento ambicioso, pero la verdadera libertad llega cuando apagamos el motor y nos acercamos, naturalmente, a la quietud.
Tara Brach