Estos días estoy tratando de desarrollar esa capacidad que al parecer tenemos todos los seres humanos para estar totalmente presentes en el momento. Esa capacidad de “mente llena” que los norteamericanos han decidido bautizar como “mindfulness”, y que en general hemos optado por descuidar. Preferimos vivir atrapados en cadenas de pensamientos que nos llevan a la adicción. Adicción entendida en sentido amplio.
Aunque he escuchado la palabra “mindfulness” en repetidas ocasiones, mi acercamiento definitivo a la experiencia comenzó hace algunos meses en Londres. Me encontraba en una de mis librerías preferidas, Foyles, y estaba tratando de encontrar algún libro que explicara las causas de la adicción y su vínculo con el estrés. En otras palabras, por qué cuando nos estresamos desarrollamos todo tipo de adicciones, desde fumar, comer, beber, hasta trabajar en exceso, o, en el caso de los adictos a la adrenalina, realizar algún deporte extremo.

Reflejo, por Balaji. B
Pero en lugar de encontrar un libro sobre las causas de la adicción, me topé con uno que enfocado más bien en su solución: The Mindfulness Solution era el título. Su autor, el profesor de psicología de la Universidad de Harvard, Ronald D. Siegel, está especializado en la conexión mente-cuerpo y ha encontrado en las disciplinas orientales de cultivo de la atención un oasis de terapias alternativas para todo tipo de aflicciones y enfermedades.
¿Por qué el cultivo de la atención nos ayuda a sentirnos mejor, a estar más en paz?
Según Siegel, nuestra mente está programada para aferrarse al placer, huir del dolor, subir nuestro rango social dentro de la comunidad a la que pertenecemos y proteger a los nuestros, a los que más queremos. Pero al mismo tiempo vivimos en un mundo donde el dolor, el fracaso, la enfermedad, la muerte y otros infortunios nos acechan constantemente y nuestra mente busca incesantemente las maneras de evitar que todo lo negativo que hay en la vida no nos afecte. Nos pasamos una gran parte del tiempo tratando de prevenir o anticipar los males, sin olvidar aquellos que ya nos han sacudido.
Para dar solución a esta agonía permanente, comenzaron a desarrollarse hace miles de años unas prácticas de cultivo de la atención. ¿Qué ocurre cuando saboreamos plenamente, con total atención, el momento presente? Hagamos la prueba ahora. Dejemos lo que estamos haciendo, inspiremos profundamente y en esa espiración tratemos de sintonizar al máximo con nuestro entorno. Repitamos. Es sencillo pero difícil al mismo tiempo. También resulta verdaderamente revelador. Hemos diluido por un momento esa cadena de pensamientos que nos acompaña a todos lados y hemos vivido la experiencia del momento. Y lo que es igualmente importante, hemos aceptado, sin resistencia, esa experiencia.
Para los escépticos, una dosis de evidencia científica:
¿Qué pasa en nuestro cuerpo cuando nuestra mente se libera de esa cadena de pensamientos? Resulta que según las investigaciones del Laboratorio para la Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, está demostrado que la gente que vive con mayor estrés y sufrimiento psicológico registra un mayor grado de actividad en el área prefrontal derecha. Muy al contrario, la gente con mayor propensión a pensar en positivo, registra mayor actividad en el área prefrontal izquierda. Además de esto es científicamente constatable que la meditación reduce la actividad mental en el área prefontral derecha y la aumenta en la izquierda. Y por último, se ha demostrado también científicamente, que la gente con mayor actividad en el área prefrontal izquierda tiene una mejor respuesta inmunitaria.
Hace un mes y medio estaba en uno de los herbolarios donde suelo comprar té y otros productos y me llamó la atención un folleto de una fundación llamada Centro Abierto. Para mi sorpresa, habían incluido entre sus actividades de temporada el programa “Reducción del estrés mediante la atención plena”, o REBAP, desarrollado por el “Center for Mindfulness” de la facultad de medicina de la Universidad de Massachusetts. Consta de ocho semanas y trata de enseñar al participante todas las herramientas existentes para el cultivo de la mente llena, de la mente atenta. Lo imparte la psicóloga Alejandra Vallejo-Nájera y comencé el jueves pasado.
Ya compartiré los resultados.
En los cursos de control mental se tocan teorías similares, pero nunca había oído hablar de una disciplina dedicada enteramente a la atención plena, y el planteamiento tiene mucha lógica. Por favor, no dejes de escribir otro artículo con tus conclusiones sobre el programa.
Gracias Victoria. El programa requiere total compromiso y mucha disciplina diaria. Pero siempre respetándose mucho. De hecho, después de tres semanas, lo que más he desarrollado es el respeto a mi misma y a mis límites. Hay que saber dónde está el eje de uno y vivir en consonancia con él, sin dejarse arrastrar por las fuerzas del medio.
Hola. Me ha gustado mucho esta lectura, estaba en el metro… Y he conseguido aislarme del pensamiento colectivo.por unos segundos… Creo que tener concienci del ser es necesaria para un desarrollo personal, social e intelectual, pensando siempre que la perfeccion no existe. Un abrazo