Sin embargo, por encima de los rascacielos más altos con sus cubículos y sus arbolitos en miniatura y sus empleados navegando por Internet resulta que hay un montón de bichos: mariposas, mariquitas, escarabajos, arañas que se arrastran en sus propios globos, e incluso termitas que revolotean a más 6.000 metros de altitud.
Lo sorprendente no es sólo lo altos que están, sino la cantidad que hay: en un radio de unos cinco kilómetros, los científicos calculan la presencia de unos 3.000 millones de animalillos. Casi tantos como luces de Navidad.