En un tono de sermón que hará reír a los jóvenes y llorar, quizás, a quienes tuvieron que sufrirlo en sus carnes, el jesuita se refiere a los gastos que conlleva la vida moderna, que tiene a la gente atrapada… y eso sin contar “lo caros que resultan algunos pecados”. Un consumo, en fin, igualito que el de hoy.
me parto! aunque también da un poco de penita.