Nos quedamos con ese entrañable sentido común que, en el 2007, cuando ataban los perros con longanizas, anticipa el batacazo posterior.
Algunas de las frases de estos dos jubilados: “Piden 40 millones por un piso y se creen que 40 millones salen de la gorra. Y luego como no lo pagan: ¡al embargo!”; “No hay bien que siempre dure. De lo malo a lo bueno se va bien. Pero de lo bueno a lo malo, ¡ay! Qué mal se va ir y es lo que va a venir”.
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