Se trata de una visualización de las autopistas aéreas del norte de Europa hace dos años, cuando reabrieron después de haber estado bajo mínimos a causa de la nube de cenizas procedente del Islandia.
Inmersos como estamos en la crisis, el derroche en combustible ha dejado de formar parte de la actualidad. Pero eso no quiere decir que no sea preocupante. Y no sólo en cuanto al desplazamiento de personas; también de mercancías.