Experiencia uno. Se disponen tres habitáculos interconectados. En el espacio central se coloca una cesta llena de frutas, una de las habitaciones se deja completamente vacía y a la del extremo opuesto se lleva un chimpancé común con un hambre muy hambrienta. Se hace entrar a la habitación central otro hambriento simio. El resultado que se observa, después de un molesto intercambio de gruñidos entre chimpancés, es que el segundo toma la cesta de alimentos y se encierra- a cal y canto-en la habitación vacía. Y se lo come todo.

Evolución, por Kevin Dooley
Experiencia dos. Se dispone todo idénticamente, pero en la habitación sin comida se instala a un chimpancé pigmeo o bonobo muertito de hambre. Y se hace entrar a un bonobo famélico donde la cesta de frutas. Lo que ocurre es que el segundo bonobo toma la cesta de alimentos, la lleva al cuarto de su colega, y después de unos mimos y cariños, comparten mesa y alimentos. Con la barriga llena, retoman juegos y caricias.
Experiencia tres: Se dispone de un océano inmenso rico en pesca. En un extremo hay una población empobrecida y con muy poco que llevarse a la boca. En el otro extremo una población con modernos buques de pesca. Las condiciones políticas permiten sólo a estos segundos disponer del Océano a sus anchas. ¿Qué ocurre cuando se abre la veda? Que estos barcos lo pescan todo y que –por si los piratas– se dotan con los mejores sistemas de defensa. La última novedad es el desarrollo de cañones láser de largo alcance para «cegar al enemigo».
Con estos tres experimentos, las conclusiones son obvias: El chimpancé es una especie que, por mucha hambre que tenga, mayor es su mezquindad. Que los pocos bonobos que aún viven en matriarcados en las selvas del Congo, saben de altruismo y del buen vivir. Y que el ser humano desciende del chimpancé.
No es del todo correcto porque los chimpancés actuales también han evolucionado. Podemos decir que de nuestros antepasados comunes, nos llevamos las mismas características grupales.
A mí me gusta pensar que también llevamos algo de bonobos dentro de nosotros. A tu estudio de etología periodística le añades antropología te encontrás con algunos ejemplos esperanzadores. Lo malo es que el sistema tipo chimpancé, con su agresividad y territorialismo ha tenido más éxito expandiendose y conquistando.
Lo de los bonobos lo sabía, son una especia de simios alucinante, pero en CIENCIA hay una ley universal y atemporal, un solo caso de contradicción anula la teoría o en este caso tus conclusiones, puesto que yo desciendo del Bonobo,,,,,…..jejejej….además no solo eso, te diré que en el cuerno de Africa además hay sospechas que todos los materiales radiocativos de baja intensidad y los tóxicos de industrias pètroquimicas los lanzaban al fondo del mar en las costas del Cuerno de Africa…. Además pienso que el que ha escrito este articulo, al igual que yo y muchas más personas nos comportaríamos como bonobos….así que muy poetico tu experimento pero tu mismo te contradices….
¿ o me equivoco ?