Contradicciones en tiempo de crisis

martes 3/04/2012, por (32 artículos)

La tiranía neoliberal se caracteriza por concebir la economía como una actividad separada de lo social que debe escapar al control político. Las consecuencias son graves, como vemos en estos ejemplos.

He aquí algunas sacadas de los medios en el último mes. Les invito a completar la lista con las que ustedes tengan a bien añadir.

Ilustración: unas monedas se escapan entre los dedos de una mano

Crisis, por David

Los directivos que piden flexibilidad a sus plantillas se cuidan bien de blindarse hasta las cejas.

«La reforma laboral aprobada por el Gobierno facilita la rebaja generalizada de sueldos en España, pero las cúpulas de las empresas cotizadas en bolsa, no sujetas a convenio, siguen hinchando sus retribuciones, como si las organizaciones que dirigen no vivieran la crisis».

Los emolumentos y las pensiones de los banqueros, incluso las de cajas y bancos en quiebra, se pagan religiosamente. Pero miles de personas que trabajan en empresas en crisis llevan varios meses sin cobrar el sueldo que necesitan para vivir.

He aquí la perplejidad de un ministro: «No entiendo por qué existe un impuesto del valor añadido sobre cualquier intercambio de servicios excepto en el caso de los servicios financieros» (W. Schäuble). La misma expresada por una periodista: «hay personas que consideran mucho más lógico cobrar un euro a un enfermo por acudir al médico que pedirle el 0,01% al vendedor de un derivado financiero».

Se publican anualmente clasificaciones de centros escolares por los resultados que obtienen sus alumnos en determinadas pruebas externas a los mismos, como la selectividad, a pesar del reduccionismo que implican. No se publica, en cambio, información clara de qué entidades bancarias son o no respetuosas con los derechos de sus clientes; cuáles son los niveles que alcanzan determinados contaminantes tóxicos, o sobre el número de pacientes que mueren mientras están en lista de espera.

Cuando hablamos de economía sumergida pensamos en fontaneros, asistentas, albañiles o dentistas. Pero un representante del sindicato de técnicos de Hacienda aseguraba hace poco que el 76 por ciento del fraude fiscal está en empresas que facturan más de seis millones de euros.

Josep Ramoneda tiene dos hipótesis para explicar esas contradicciones: En primer lugar, «las clases populares han perdido capacidad de intimidación. Con lo cual las élites económicas no ven necesidad alguna de hacer concesiones. Al contrario: ven la gran oportunidad de revertir las conquistas sociales y de reconstruir un capitalismo más barato, por tanto más depredador.»

Por otro lado, como recuerda Ramoneda citando a Todorov, «la tiranía neoliberal se caracteriza por concebir la economía como una actividad enteramente separada de lo social que debe escapar al control político”.


2 comentarios a “Contradicciones en tiempo de crisis”

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  1. Francisco Bernete dice:

    Por ejemplo, ésta: disminuye considerablemente el número de empleados públicos en Sanidad, Educación, Prestaciones Sociales, etc. porque hay que recortar el déficit público, pero aumenta el número de hombres y mujeres «de confianza», elegidos a dedo por los gobernantes de las Administraciones Públicas y con sueldos bastantes más altos.
    O esta otra: los católicos de a pie ven aumentar el valor catastral de sus viviendas, el IBI y otros servicios municipales (basura, alcantarillado, etc.) que tienen que pagar obligatoriamente; pero no ven que la Iglesia Católica sea obligada a pagar el IBI de sus propiedades o el IVA de sus operaciones.
    Y, finalmente, una adivinanza: en qué va a poner el Gobierno más empeño ¿en conseguir que paguen impuestos los defraudadores millonarios o en conseguir que no cobren por desempleo una parte de quienes lo cobran ahora?

  2. jcorde dice:

    Lo que hay que tener claro es que mientras la gente común expresa sus penas y preocupaciones por las injusticias de la economía, el «Orden» o «Sistema» vigente que gobiernan los países ha funcionado, funciona hoy y seguirá funcionando en el futuro con la lógica que vemos día a día: los problemas economicos generales siempre son para los ciudadanos de a pie y debemos hacer los sacrificios para que, quienes dirigen el mundo, sigan enriqueciendose. No veo alternativa.

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Patricio de Blas

Profesor jubilado

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